David Gilmour
domingo, 27 de diciembre de 2009
Prisión
Atrapado en lo que párese ser mi mente en serrado por los pensamientos que crean paredes obscuras, solo en ciertos momentos observo una ventana hacia la realidad, veo mi cuerpo moviéndose caminando sin rumbo aparente, veo a las personas que pasan junto ami, me ignoran como sino existiera, solo sigo vagando entre la multitud, preguntándome como es posible moverme si no se adonde me dirijo no puedo controlar el movimiento de mi cuerpo, de repente observo que el cuarto obscuro en el que e quedado encerrado se convierte en un vórtice de colores, donde caigo, al decender pareciera que no tiene fin, he quedado perplejo de todas estas imágenes que miro dentro de mi cabeza veo creaturas abstractas animales con pies largos y cuerpo de elefantes, creaturas con cuerpos metálicos figuras de cera, manteniendo la calma regreso ami prisión y de vuelta veo el mundo real solo como espectador porque mi cuerpo se mueve solo, al seguir caminando de repente veo como la calle se tuerce y mi mano se derrite, observando el viento ondularse y miro a la gente tomar formas impresionantes, pero mi cuerpo no lo soporta y se desploma sobre el asfalto veo la sangre que corre de mi mano pareciendo una pequeña línea carmesí en el piso no siento el dolor no siento mi cuerpo, la desesperación créese y mi prisión se convierte en el mismo infierno imaginándome creaturas horribles, atrapado en mi propio cuerpo como es posible no puedo gritar no puedo hablar ni si quiera puedo mover mis parpados, mirando hacia el techo imaginándome el cielo nocturno veo un circulo que poco apoco se llena de colores que jamás había visto, acercándose lentamente observo que es otra ventana que me muestra un mundo donde el dolor no existe la agonía ni la desesperación un mundo donde la cordura quedo atrás y solo queda la locura de los seres humanos.
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